Monday, May 7, 2012

Happiness



Me estoy dando cuenta de cómo el inglés está afectando mi manera de escribir, el ritmo, la estructura, la manera de decir las cosas e incluso mi sentido del humor. Hoy escribí algo en facebook que cuando lo volví a leer parecía una traducción de google translate. Afortunadamente, ahora que reviso mis cuentos no es evidente allí como lo es cuando les escribo a mis amigas o subo cosas al FB. Soy como de esas personas que empiezan a hablar con el acento de la persona con la que están o que de manera instintiva empiezan a hacer gestos similares o hasta toman la misma postura,  física  y mental. Sólo que yo lo hago escribiendo y en distintos idiomas.

Estoy trabajando mucho y eso me hace sentir realmente contenta.  Antes de irse, mi amiga Aislinn me dejó un pequeño poster de Henri Matisse que dice:

Derive happiness in oneself from a good day's work, 
from illuminating the fog that surrounds us.

Ella lo tuvo frente a ella todo el tiempo mientras escribía la novela que aquí terminó. Me lo dejo para que trajera buena suerte y creo que está funcionando.

Siempre que hablo con Erica sobre nuestro trabajo siento lo mismo: ¡Qué bueno que elegí escribir! Es algo muy concreto. Allí está, si está mal escrito es bastante evidente.  El arte visual está mucho más sujeto a la interpretación. El criterio para juzgar una pieza o un cuadro, es mucho más amplio. ¡Y además es tan subjetivo! Yo puedo argumentar sobre la belleza de algo que para otro no tiene sentido y lo puedo llegar a convencer. El artista también puede convencer a alguien sobre el valor de su arte a través de un buen discurso o de un buen agente. Hoy junto con otras dos escritoras, a la hora de la comida, hablamos de lo que hacemos y les conté el cuento que corregí hoy. Finalmente casi riéndose Erica nos dijo: ¡Qué divertido es ser escritora! ¡Se me anotja ponerme a escribir! Y si, yo siempre pienso, y lo digo a quien me quiera escuchar:  si puedes elegir ser escritora o detective privado, ¿por qué querrías dedicarte a alguna otra profesión? Y sí creo que es algo maravilloso pero tienes que pensarlo muy bien o definitivamente tener esa misión o estar un poco chiflado. Hay días muy difíciles y frustrantes. Es muy cansado también estar en un soliloquio constante. Estás escribiendo todo el tiempo, quieras o no, frente a una computadora o mientras estás haciendo cuanlquier cosas. Palabras, palabras, palabras.

Lo que sí es que estoy volviendo a jugar. Eso me ha dado Banff. Alejada de todo lo real, de cualquier preocupación real, vuelvo a ser como he sido siempre: una gran niña.  Juego que escribo y escribo jugando, y así es como escribo yo mejor. No me tomo muy en serio porque tomarse uno muy en serio es muy aburrido y es una gran carga sobre el cuerpo.

Banff me está dejando tantas cosas que no creo que pueda volver a ser y vivir como antes. Por lo menos espero que este sentimiento que tengo aquí  permanezca en mi por siempre. A diferencia de la isla de la fantasía, con la que siempre comparo este lugar, Banff te da lo que necesitas aunque no sea lo que hayas pedido.

No me estoy despidiendo, me faltan todavía tres semanas más aquí,  pero siento que ya se están sintiendo los cambios. 

En la mañana mientras escribía, me llamó Beth, gritándome para que la alcanzara y viera algo increíble. Ella iba caminando sobre el camino  hacia el Centro cuando lo vio y pensó que yo tendría que verlo también. Salí corriendo del barco y vi un alce adolescente sentado en el pasto comiendo tranquilamente. No sentí miedo aunque nos habían advertido mil veces sobre el peligro de los alces. Me dio muchísima ternura. El estaba en su onda, mientras que una ardilla corría casi volando hacia un árbol. Me sentí adentro de mi caricatura favorita de niña: las aventuras de Rocky y Bullwinkle. Claramente aquí  yo soy Natasha o Boris o los dos en uno, buscando un tesoro que aún no aparece. Vuelvo siempre a la infancia. Inevitablemente.



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