En el taller que tomé me contaron que el año antepasado en el Museo Británico y otros museos de arte importantes (y en algunos de contenido arqueológico) en Europa, aparecieron unos exquisitos libros. abandonados por alguien, que por la descripción que me dieron, eran muy similares a estos; unas verdaderas obras de arte. Se creó entonces una leyenda y los libros ahora en exhibición siguen sin ser reclamados por nadie.
Como me encantan esas historias yo voy a
suponer que se trata de Brian Dettmer. Y esto es lo que aprendí de él en el internet: Tiene 38 años. es estadounidense y vive en Atlanta.
El dice sobre su trabajo: (mi traducción)
La era de la información, en forma
física, está llegando a su fin. Conforme las rutas intangibles prosperan y
crecen con gran rapidez, la fluidez, el material y la historia se están
perdiendo. Los nuevos medios de comunicación rápidamente voltean las formas,
sin las restricciones antiguas como el peso del material y la responsabilidad
histórica. En el mundo tangible nos quedamos con un material congelado, pero en
el mundo intangible nos podríamos
quedar en la nada. La historia se pierde en los formatos, al poner en reisgo su
estabilidad física a la merced de
lo digital. Cuánta angustia.
La riqueza y la profundidad de la obra es
universalmente respetada, aunque a menudo desconocemos la pertinencia de la
información que se desvanece con el tiempo. La función prevista del libro ha
disminuido y la forma permanece lineal en un mundo no-lineal. Mediante la
alteración de las formas físicas de la información y el cambio de funciones
preconcebidas, roles nuevos e inesperados han surgido. Esta es la zona en la que actualmente opero en mis
piezas. A través de la excavación meticulosa o alteración concisa puedo editar
o hacer una disección de los objetos o sistemas de comunicación, tales como
libros, mapas, cintas y otros medios de comunicación. El papel del medio se transforma.
Su contenido se recontextualiza y emergen nuevos significados o interpretaciones.
Hoy es domingo y como los chinos, que insisten que es su único día libre y por ende no se deben bañar ni vestir, y hacen todo en pijama (o si son elegantes en bata y pantuflas) incluyendo ir a restaurantes, usar transporte público e ir al cine, yo no haré nada más que divertirme, ver cosas lindas y visitar a mis amigos de aquí y de allá (ya platiqué un largo rato por el skype con Manolo). En la noche asistiré al concierto de una banda que no conozco y que se llama Del Barber. Pasaré este día de nostalgias mexicanas en pijama, que para mi consiste en unos pants, mi clásico suéter negro en "v" y mi chaleco negro para esquiar. En México en casa de los kataeugenios se estará comiendo ahora mismo el recalentado. En mi mente saboréo esa ensalada de zanahoria ( mi favorita) y un poco de mousse de berenjena sobre un pedazo de baguette. Los extraño muchísimo, y hoy que es domingo, día oficial para estar en familia, aún más.
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