Tomamos el camino largo. Nos dijeron que era el más bonito, pero nunca nos imaginamos lo que nos esperaba. Esto es lo que vimos cuando llegamos a la carretera que debíamos cruzar para tomar el camino por el río hacia el centro del pueblo de Banff:
En el camino platicamos, nos reímos con chistes muy tontos, nos tomamos fotos y cantamos canciones de la novicia rebelde. El castillo que se ve a lo alto, y al que se llega a pie cruzando el río o subiendo la montaña se llama Banff Springs y Kubrik lo visitó para ver si le podía funcionar como locación para "The Shining" pero no le gustó porque dijo que por dentro era "demasiado lúgubre". Ahora está remodelado y dicen que es esplendoroso. Ya iré a conocerlo.
Comimos en un restaurante griego en el centro del pueblo de Banff. Me gusta la palabra Souvlaki. Suena a felicidad.
Así la despedida de Ricky no fue triste sino una especie de celebración, un chiste como de los que se cuentan en las fiestas:
Una mexicana, un neoyorquino y una holandesa entran a un restaurante griego...
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